Doce uvas

La navidades antes molaban un “webo”… pero ahora… ¡ahora son una verdadera locura!.

Sales a la calle y va todo el mundo dislocado, corriendo de acá para allá… comprando regalos , sin ton ni son, ¡ala! Regalos por aquí, regalos por allá… que tú dices… “si al menos supiera lo que comprar”… pero no, no tienes ni puta idea. El otro día me decía una amiga… “pues mi hijo me ha pedido un perro interactivo”… ¿perdona?... ¿eso qué carajo es?... pues resulta que es un perro mecánico, que le lanzas una pelota y la recoge y hace cosas de un perro de verdad… y vale un “webo” y parte del otro. Otra me decía que su hija le había pedido una muñeca que te spoilea las películas…. ¿comooooooo?.... y es que esto ya no es lo que era, ¡leñe!. Yo recuerdo mis regalos de navidad, que solo era uno, y lo disfrutaba como una loca.

Antes hacían los dulces nuestras mamis y nuestras abuelas y era todo un fiestón, solo con los preparativos, ya se olía  a navidad… que si moler almendra, que si poner la masa al calor, que si comprar miel para los alfajores… y eso había… alfajores, cordiales, tortas de pascua y mantecados… y muy poco mas… y ¡que rico todo!... luego veías la peli de mujercitas y oías a los niños de san Ildefonso por la radio… y te corría una alegría por el cuerpo…. Ahora no, ahora que si bombones, que si polvorones con nata, con fresas, con lechuga, con fabada, que si turrón de lacasitos, de trufa, de pimiento molido, de salsa barbacoa… ¡una locura!, pero esto, mucho antes que empiece la navidad, por lo menos tres o cuatro meses, en verano ya se empieza a comer turrón… yo estaba en la playa este mes de agosto con la pandereta y las bolitas de coco, ¡ya te digo!.

Y para eso los anuncios esos de la dgt en las autovías, esos luminosos que hay en los puentes… “control de itv, alcohol, drogas”… sigues viajando y te encuentras otro… “control de radiografías, citologías y limpieza de callos”… y sigues viajando y otro… “control por radar de velocidad, peluquería, sálvame y gran hermano”…. Y ya dices tú…. ¿pero bueno?.

Luego está la euforia descontrolada de la gente. Llega el día de Nochevieja y la gente ya lleva un melón en “to lo alto pá flipar”… y ese día, como lo tienes libre, antes de acostarte, quitas la alarma del móvil… y te vas a la cama contenta porque te has acordado de quitarla… como diciendo… “jódete alarma, que mañana no me suenas”… pues viene el amigo de turno y te despierta a las seis con un wasap de esos chorra de … cambio de año, de sueño y no sé qué mil demonios mas… y se queda tan contento… tu saltas asustada y lo miras corriendo que se te sale el corazón por la boca… “¿qué pasa, porque un wasap a estas horas?” y ves esas chorradas…. “po amo é Dió” y te cagas en “to” lo cagable.

Y es que las navidades ya no son lo mismo… se echan de menos muchísimas cosas… los hermanos cantando, el olor de las atascaburras, los abrazos de todo el mundo, ya nadie se abraza… te vas de la ofi… y miras hacia todos y dices… ¡feliz año zagales!... te das la vuelta y te vas… y los pajaritos cantan, las nubes se levantan, ¡que si! ¡que no! que caiga un chaparron, ¡que se mojen los cristales de la estaciooooooooooooooooon!.

¡Ah, feliz año nuevo, que se me olvidaba!