Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2014

Igualmente encantada

Todas las madres estamos muy orgullosas de nuestros hijos. A lo largo de mi vida madresera, he oído decir a otras mamas…”mi hijo saca unas notas increíbles, estoy muy orgullosa de él”…o aquello otro de…”mi hijo es muy guapo y se preocupa mucho de su imagen, estoy orgullosa de él”…al mismo tiempo que veo a los hijos hacer esfuerzos, a veces sobrehumanos, para que sus madres sientan ese orgullo por ellos. Es bonito sentir orgullo por los hijos….y también oímos eso de…”mi hijo curra mucho y hace que me sienta muy orgullosa de él…y gana mucha pasta”…o eso otro de…”mi hijo es muy caritativo con los demás y eso hace que me sienta orgullosa”. ¡Orgullo y mas orgullo!. Alguna mama ha dicho alguna vez….”voy a hacer esto para que mi hijo se sienta orgulloso de mi”…”voy a hacer lo otro, para que mi hijo se sienta orgulloso de mi”. Yo con solo haber nacido, querida hija, para mis brazos, para mis ojos, para mi olfato, para mis oídos….¡ya estoy muy orgullosa de ti!...y mi único a

¿Vida después de la vida?

Siempre me ha llamado mucho la atención…..¿qué hay después de la vida?. He visto muchos documentales, en los que varias personas cuentan sus propias experiencias…y todas coinciden en lo mismo…o casi todas….el túnel luminoso con conocidos a los lados y al final la luz cegadora…y al cruzar esa luz, un prado verde y confortable….y a todos los llaman por su nombre, cuando están a punto de acampar ahí….”uy, que agustito se está aquí, voy a plantarme cuan rododendro”…y es entonces cuando surge la llamada…”¡¡¡Catalina, catalina!!!”…entonces vuelves en ti misma y es cuando te das cuenta que no has muerto. En los mismos documentales, también he visto que, científicamente, hay una “cosa” que en el momento moribundo de tu existencia, se te dispara en el cerebro y es lo que te produce esas vivencias o mortuencias….que, claro, eso se lo contaba yo a mis amigas creyentes ciegas de fe  y se ponían como locas….”¡no es nada de eso!, es el cielo lo que se ve”….”si, si es el cielo, pero no m

Under the sea

Ir a la playa cuando eres pequeño es todo un acontecimiento. Mi madre preparaba las mejores meriendas playeras que puedas soñar….conejo con tomate frito, tortilla de patatas, salchicha con pan, sandia, refrescos de todo tipo, torta de pimentón, pepinos con sal, tomatito…y un largo etc…de cositas que se comen a la orilla del mar. Mi padre, plantaba la sombrilla, que mas que una sombrilla playera, parecía una plaza de toros….mis hermanos…, admiraba a mis hermanas mayores, que sacaban sus esterillas, sus bronceadores y se tumbaban al sol (que malo es eso hoy)…y con sus grandes gafas de sol, parecían sirenas…”de mayor, hare lo mismo”, me repetía yo misma una y otra vez….y entonces, se me acercaba mi madre, me daba un cubo y una pala y me plantaba un flotador en mi cintura. Mas grandecita, recuerdo que me ponía unas gafas de bucear y unas aletas…y mi madre me decía que no me fuese donde no hacia pie…pero yo, como era muy desobediente, me iba para dentro, dentro, dentro, dentro…

El costurero

En casa de mi hermana, tenía que darle unos puntitos a una camisa y le pido su costurero. Mi hermana me lo deja encima de la mesa y yo levanto la mirada y lo veo….ahí….bello….lo toco pero no me atrevo a abrirlo…..es lo más cercano a mi madre y a mi hermana Toñi, que tengo en mis recuerdos. A ellas les encantaba coser, se tiraban tardes y tardes cosiendo vestidos, a veces para mi, a veces para mis otras hermanas…..hablando, riendo, escuchando la radio. De repente mi mente voló hacia aquella época….yo sentada en un silloncito de mimbre blanco, pequeñito….muy cerquita del costurero. Lo abro y veo los dedales de varios tamaños, los pongo en el suelo y meto otra vez la mano en el costurero….veo madejitas de hilos…verdes, azules, blancos, amarillos, rosas….todos desordenados….También veo una cajita con botones de todos los tamaños y colores….¡oh! esa cajita de botones era lo que más me gustaba….con dos agujeros y con cuatro, forrados y sin forrar, de nácar, de plástico, dorados, met

Humor a ladrillo

Ayer fui a mi pueblo a hacer papeleos y, ¡Dios mío de mi vida!, ¡para llegar al sitio lo que nos costó!. Como ya he dicho en varias ocasiones, mi pueblo está en reconstrucción por los terremotos que ocurrieron hace tres años, y atravesar el poblado es toda una odisea con sirenas que te cantan y todo….y la Penélope esa haciendo la bufanda de día y por la noche deshaciéndola. Salgo con mi hermana, que me acompaña a todas partes cada vez que voy al poblado, (gracias Ana) cogemos el coche, y ¡ala!...señores, comienzan las pruebas, ¡sí!, como aquel programa que hacían en televisión que se titulaba “humor amarillo”, que yo las veía imposibles, con el chino cudeiro ese que te empujaba cuando más concentrado estabas. Tomamos calle hacia adelante y en uno de los semáforos, tomamos hacia la izquierda y ¡toma!, nos topamos con que la calle está cortada, pero cortada literal, una zanja a todo lo largo de la calle….y claro, como había un camión maniobrando, no vimos el letrero de “call