Martirios

Todos sabemos lo que es un martirio. Martirio viene de mártir, que un mártir era una persona que la hacían sufrir en la edad esa de los romanos, cuando los echaban a los leones y todas esas cosas…¡imaginaros!....(lo digo así por no entrar en temas religiosos).

Pues bien, dicho esto, hay muchos tipos de martirio, está el martirio de los romanos, como he dicho anteriormente, el martirio “pa” que hables, que es que en las películas, te atan a una silla y te ponen con la frente “parriba” y dejan caer una gotita de agua en la misma, cada tres o cuatro segundos…horas y horas. Esta el martirio de clavar clavos…¡que si!, que ya se que eso es un martillo, pero…¿es un martirio clavar una pua en la pared o no?...que menos en la pua, le das a todos lados, incluidos tus dedos. En fin…hay mil tipos de martirios….pero el peor, peor, peor, peor y peor…¡ah! y peor…. es ¡dormir en mi cama!....¡ayyyy señorcico de mi vida! ese martirio no tiene nombre.

Dormir en mi cama es el peor martirio que te puede pasar. Yo tiemblo cuando se acerca la hora de acostarme….con lo mal que duermo, que me despierto cada media hora…pues en mi cama te acuestas y lo primero que se oye son miles de violines desafinados…chiiiii riiiiii iiiii, chiiiii iiiii riiii riiiiii….y así, cada vuelta que das, vuelta tras vuelta, hora tras hora, noche tras noche. Si a eso le sumamos el colchón blandengue, que se hunde hasta el suelo y tus huesos no los encuentras cuando te levantas y le sumamos también la almohada, aparentemente blandita, pero que se hunde y se queda apelmazada a los diez minutos….pues mira la noche toledana que te pasas…yo no tengo nada contra los toledanos, pero es un dicho que no sé de donde viene porque no lo he investigado, lo dejare para otra ocasión…y es que me levanto para tomar un camino…con dolor de huesos, con dolor de cabeza… e histérica por culpa de los violines desafinados que hay debajo de mi cama…y claro, me tengo que desahogar como sea…que para eso tengo yo este blog…para poner y escribir lo que yo quiera.

Pasa, que, yo, cuando tenía mi casa, me he pasado ahorrando mucho tiempo para tener un buen colchón, tanto mijica como yo, unos buenos sillones reclinables, unas buenas almohadas…pero claro, por culpa del puto terremoto, todo eso se quedo ahí, y yo sigo con mis incomodidades y mis desvelos, viviendo lejos de mi pisito con todas sus cositas….y digo yo…. ¿es una señal?...¿porque, cuando lo teníamos casi todo organizado…comodidades, piso, colchones, mi trabajo…nos quedamos sin nada? ¿tengo que empezar de cero?... son preguntas que yo me hago todos los días… o a lo mejor, ya dado la edad que tengo, la vida me quiere para otra cosa… de las miles para las que valgo. (no soy modesta porque la modestia es la virtud del que no tiene otra).

Bueno, ¡que a gusto me he quedado!.... gracias mi querido blog por escucharme siempre…¡tu si que me eres fiel!.