El truco

Hace algunos años, no muchos, le quise enseñar a mijica un truco. Consiste en poner un platito con su tacita de café encima, coges una cucharilla y la pasas por el asa de la tacita y la coges por el rabito de la cucharilla, cuando estas cerca de la persona a la que le quieres gastar la broma, ya que ésta se piensa la tacita está llena de café, pues tu vas y haces como que tropiezas y al llevar la tacita agarrada por el rabito de la cucharilla, pues la tacita vuelca pero no llega a caer, haciendo a la persona que dé un salto, pensando en que la vas a llenar de café, ya que la taza parece que va directa a la persona.

Ese día, estaba yo pesada con mijica….”mijica, ¿te preparo un café?”...y ella me decía que no le apetecía…y yo empeñada….”andaaaaaa, porfiiiiiii, dejame que te prepare un café”…y ella, oliéndose que algo pasaba me dice….”vale, prepárame un café, si con eso te vas a callar un ratito y me vas a dejar estudiar. Pues me voy a la cocina y vuelvo con la tacita, el platito y la cucharilla pasada por el asa de la tacita sin que ella se pudiera percatar…..y diciendo….”mijica, es que he comprado un café súper aromático y quiero que me des el visto bueno.

Ella, sentada en el sofá con los libros encima, me miraba sospechosa….”a ver, que lo pruebe” y yo cuando estuve cerca de ella, hago como que tropiezo, con la mala fortuna que el tropezón me lo pegue de verdad y me caí al suelo todo lo larga que era….tire el platito y la tacita, haciéndose añicos y sin nada dentro de la taza. Mijica me miraba con cara de teléfono y el susto se lo di, pero del “porrascazo” que me di, que se pensaba la pobre que me había roto una pierna…yo no me podía levantar de la risa….y ella diciendo….”muchaaaaaacha, pero ¿Qué haces?”….y yo pues claro, se lo tuve que explicar….pero ya sin “fuste” alguno.