Todo lo que me gustaba

Cuando era pequeña, me encantaba ver a mi madre cosiendo…con sus gafas dejadas caer en su nariz y un hueco para vigilarme…yo estaba haciendo la croqueta en el sofá…salto va, salto viene….y mi mami me miraba por encima de las gafas….”Coni, te vas a caer” decía una y otra vez…pero a mí me gustaba mucho que me mirase mientras saltaba en los sillones. Después me sentaba y me quedaba mirándola….¡transmitía tanta paz!...me encantaba que escupiese los hilos cuando los cortaba con los dientes…..”purf, purf”…y me preguntaba si quería merendar…..yo le decía que si unas veces y que no otras….Recuerdo que me untaba unas galletas gordas saladas con agujeritos en el centro, con una mantequilla riquísima y me las ponía en un “platico”…otras veces me hacía “panboli”…que era una tostada de pan untado con aceite, sal y tomate. No había nada que nos pudiese hacer daño al lado de una madre así. Otras veces me dejaba irme a la calle, pero sin moverme de la puerta de casa y después, al “ratico” me llamaba por la ventana….”Coniiiiiii, sube a merendar y a ducharte”…y yo subía corriendo……¡Como me gustaría que hoy me llamase a merendar!.

Me encantaba también, los sábados por la mañana, despertarme y escucharla poniendo la lavadora que tenia de turbinas y canturreando una canción….esa lavadora hacia muchísimo ruido, pero me volvía a dormir escuchando a mi madre cantar….¡cantaba como los ángeles!.

Cuando me peinaba, me encantaba oler sus manos….a vida….a ternura…a mama valiente….a vainilla y a miel….pero cuando se enfadaba conmigo, le temía como a la vara verde….”¡cuánto más corras mas te voy a castigar!”…me decía la pobre….yo corriendo alrededor de la mesa y ella me perseguía con la zapatilla en la mano….entonces yo me paraba, pero cuando la veía cerca me daba alferecía y volvía a correr, hasta que mi madre se sentaba sin aliento en el sillón…entonces me decía….”ya te pillare, ya”….y yo la miraba y le decía…”si no me castigas te hago un baile” y ella como se ríe tanto conmigo…le salía una sonrisa de oreja a oreja y me contestaba…”anda, ven aquí y dame un beso que eres más mala que la carne de pescuezo”…y ahí se le pasaba todo. (Hoy en día, ella lo recuerda y le dice a todos lo trasto que yo era).

Cuando fui ya adolescente, me tenía preparado, cuando llegaba del “insti” el plato de comida y un trozo de tocino porque sabía que me encantaba con la comida….y yo, me la llevaba a mis desfiles de modelos y a mis funciones de ballet….le encantaba verme hacer todas esas cosas…y le veía un brillo de orgullo en sus ojos….y se quedaba con las ganas de gritar…”¡es mi hija! ¡es mi hija!”, pero no lo hacía….mi papi la llamaba “mama osa”….y a mí me encantaba….porque me veía como una familia de los dibujos animados…donde los ositos comían emparerados que llegaban hasta el techo….y así un día y otro….ahora recuerdo todo eso con mucha añoranza….en los brazos de mi mami y en la seguridad de mi papi…..porque me daban….todo lo que me gustaba.