El mago

Como ya os conté una vez, me gusta gastar bromas….pero no de mal gusto.

Cuando era más joven, porque yo soy joven, me encantaba irme a cantar a un karaoke con mis amigas y amigos. Un día nos fuimos a uno muy grande donde había muchísima gente, cuanta más gente hubiese, mas me gustaba a mi cantar y desgañitarme en el escenario. Eso funcionaba de la siguiente manera: tu ponías tu nombre en un papelito y la canción que querías cantar y se lo dabas al camarero y el, cuando te tocaba, te nombraba así en plan estrella y tu salías al escenario….que en ese sitio, vaya sonido profesional, por eso nos gustaba ir allí, pero lo malo es que también la gente cantaba muy bien, pero bueno, yo siempre me he atrevido con todo. Yo veía que iban nombrando gente y salían a cantar, primero te aplaudían y tu empezabas a cantar….y le digo a mi amiga….”me voy a poner un nombre artístico y todo en el papelito, así cuando me nombren, sabré que soy yo, es por si hay muchas Conis….y ni corta ni perezosa, me pongo….”Fétida Mari”….mi amiga, cuando lee el papel no se lo podía creer….”pero Coni, no te pongas eso que es feísimo y se van a reír de ti”….pero vi que hacía gracia, pues yo lo puse….al rato me nombra el camarero….”y el próximo tema es para….¡Fétida Mari!”….la gente aplaudía y reía a la misma vez y yo con toda mi carota, pues salgo al escenario y me pongo a cantar mi tema….mis amigos no se lo podían creer….¡Fétida Mari se ha puesto la tía!.

Pero la peor broma que he gastado en mi vida….y la única de mal gusto, fue un día que lleve a mijica a un espectáculo de un mago.

Llegamos y nos sentamos en la segunda fila, porque a mi estas cosas me gusta verlas de cerca y así, mijica vería mucho mejor porque era pequeña.

Se pone el mago a repartir cartas, seis en total, a cada persona diferente del público, con la mala suerte del pobre mago, que a mí me dio una y dijo….”mirar bien vuestras cartas y memorizarlas y guardarlas, que yo os voy a adivinar la que os he dado a cada uno”…..pues yo la miro y me la guardo….mijica estaba toda entusiasmada de que a mamá le hubiesen hecho participe de tal evento en ese truco en particular. Se pone el mago al rato de hacer el paripé con su baraja, a adivinar las cartas que nos había repartido….las iba adivinando todas, una a una….pero cuando llego a mi me dice… “y tú tienes la sota de oros”….y le digo yo toda seria….”no señor mago, yo no tengo la sota de oros”….y veo que se pone muy serio y me dice….”¿no? ¿no la tienes?...¡no puede ser!.....y se pone blanco como la pared….y se baja del escenario y dice en voz alta….”señores, debe ser un malentendido, le voy a pedir a esta señora, que me enseñe su carta”….y cuando iba acercándose a mí , con la cara descompuesta y mirándome fijamente…me dio miedo y le digo….”si señor mago, si que la tengo, solo ha sido una broma”…y me coge la carta el mago y se va para su atril de magia y dice una y mil veces, que sí, que la carta que yo tenía era la sota de oros, que yo quería gastarle una broma….y me hizo enseñar la carta a toda la sala, persona por persona y cuando termine de enseñarla y se la voy a devolver, me dice por lo “bajini”….¡me va usted a soñar durante tres meses, por insensata!.....¡ayyyyy que susto me dio el tío!....pero la verdad es que jamás he soñado con él y espero no hacerlo nunca porque la madre naturaleza no ha sido muy generosa con él.

Un abrazo a todos los magos que son muy majos…magos majos.