las etiquetas

Cuando tenia 20 años, año arriba, año abajo, trabajaba en una distribuidora de productos para la limpieza de los coches. Yo trabajaba en la oficina y tenía una compañera…mas maja…mas buena….mas bonica, en todos los sentidos….cuando se reía, se le cerraban los ojillos como un dibujito manga.

Un día, el empleado de almacén se puso enfermo y nuestro jefe nos pidió el favor de quedarnos un rato mas para ponerle al abrillantador de salpicaderos, las etiquetas. Antes no venían ya montados, los teníamos que montar nosotros, en este caso, el chico del almacén, pero como estaba enfermo, ahí estábamos mi compañera y yo pegando etiquetas a los aerosoles. Estuvimos más de tres horas, después del horario de oficina y cuando terminamos la faena, yo me fui antes que ella porque ella vivía al lado del almacén y me dijo que se iba a quedar colocándolos en sus cajas para la distribución del pedido al día siguiente.

Mi compañera era un poco mayor que yo, pero no mucho, tenía dos hijos preciosos y maravillosos…con los cuales, cuando los veía, me divertía muchísimo porque eran muy traviesos, sobre todo el chico y la chica era un verdadero amor.

Cuando vuelvo a la oficina al día siguiente, me veo a mi compañera con cara de circunstancias y mirándome muy seria y me dice….”Coni, lo que hicimos ayer, no ha servido para nada, me quede hasta las tantas despegando todas las etiquetas de nuevo….¿qué hacemos?...yo no daba crédito, “¿pero porque?” Le pregunte yo…y ella me dijo….”porque en las etiquetas pone que es un producto “biodesagradable” y yo pensé que cuando lo viera el jefe nos la íbamos a cargar por no habernos dado cuenta antes de pegarlas”. Yo le digo que bajemos al almacén y le enseño una etiqueta y le digo….”lee bien” y ella se quedo mirando la etiqueta y me miraba a mí y volvía a mirar la etiqueta y me miraba a mí y….por ultimo me dice….”¡Coni, si pone “biodegradable!”….”ay, yo había leído “biodesagradable” y pensé que así los clientes no nos lo iban a comprar e iban a devolver el pedido”….nos quedamos mirándonos y nos pusimos a reírnos…y jajaja y jajaja y jajaja y jajaja ….tanto, que hasta nos caímos de culo encima de todas las cajas de los cacharros esos….¡llorábamos de la risa!...menos mal que pudimos aprovechar otra vez las etiquetas y ahí nos pusimos las dos, mano a mano…hasta que todo quedo como estaba otra vez.

Tengo que decir, que a veces, la vista nos juega malas pasadas porque yo, cada vez que escribo “Murcia”, pongo “Murcai” y aunque lo lea y lo relea mil veces, yo leo Murcia cuando en realidad pone Murcai.

A mi gran compañera, amiga, buena madre….Es un ángel, una luz en el firmamento….Es una persona inmejorable. Es ella.

¡Te quiero amiga mía!