las señoras de la placeta

Hace algún tiempo, iba con mi hermana Ana a una placeta que hay en un pueblo costero, donde se comen los mejores helados del mundo.

Como ya sabéis, me encanta gastar bromas. Pasamos por un kiosco y me compre una bolsa de dientes de azúcar. Me coloco unos, que parecían de verdad y nos vamos a sentarnos a una mesita de la placeta de mi pueblo.

Yo con mis dientacos puestos, que parecían auténticos y hablando con mi hermana como si los dientes fuesen míos….y mi hermana, muerta de la risa de verme y claro, tenía que sorber de vez en cuando la saliva porque se me caía la baba (me rio yo sola de acordarme)…¿os acordáis de esa serie que salía la hermana del Sarda? Rosa maria… Que le decía…”Honorato, comete el yogur” y lo miraba ahí con sus gafas caídas y los dientes que le llegaban al suelo. Pues esa parecía yo.

En la mesa de al lado, había unas señoras que no paraban de mirarnos y claro, yo no había caído, en mi entretenimiento, que me miraban por mis dientacos…y le preguntaba a mi hermana….¿porque nos miran tanto esas señoras?....y mi hermana no dando crédito a mi pregunta me decía….”pero Coni, ¿tú te has visto?” ¡ay los dientes!...y claro, estaba clarísimo el porqué nos miraban tanto…bueno a mi porque mi hermana no se puso eso.

Al rato oímos que dice una señora….”pobre chica, con lo mona que parece y mira que dientes tiene la pobre, si parece una burra”….y yo toda mosca, porque yo me veo muy guapa con esos dientes…miro a la señora en plan diciendo….”señora que la estoy escuchando”….y ni corta ni perezosa, me como los dientes. Si veis la cara de las señoras….¡ayyyyyyy! ¡qué susto se pegaron al ver que mis dientes desaparecían de mi boca y me los comía! Pobres señoras….¡donde andarán ya!

Lo que sí es cierto, es que si los dientes llegan a ser míos de verdad, me hunden para toda mi vida….¡un poquito de precaución a la hora de hacer comentarios, oiga!