mi amiga Carmencita.

Mi amiga Carmencita tenía seis años, como yo por aquel entonces. Vivíamos en un poblado donde hacen muy buen vino…y siempre estábamos jugando las dos, yo inventando cosas buenas y ella me seguía a todas partes. La pobre, no era muy espabilada, pero era muy buena chica.

Un día, nos vamos detrás de las casas nuestras, que había un campo y se me ocurre decirle a Carmencita que la empino a un árbol para coger un nido que estaba viendo desde el suelo. Ella ni corta ni perezosa, le pareció buena idea y yo me agacho para que se suba encima de mis hombros….pero se caía, claro yo tenía la fuerza de un petardo “mojao”…y ella no salía del suelo…a todo esto, vemos al dueño de los arboles salir de la casa y oímos que nos dice….”fuera, fuera de ahí, que me estáis pisando la plantación”….yo entonces, no sabía ni de plantaciones ni de nada, pero nos asustamos y echo a correr…mi amiga Carmencita, se queda mirando al tío toda seria y el tío que venía a por ella…cuando se da cuenta de la movida, yo ya iba por en medio del campo y la oigo que dice gritando….”perame tontalbote, que te ma caio el papato”…yo miraba hacia atrás, pero ella no me podía alcanzar y el tio corriendo detrás de ella y gritando….”¡se lo voy a decir a vuestros padres!”….yo dándome con los talones en el culo y ella otra vez….”que me peres tontabote, que me ta caio el papato” la pobre cojeando…(mami, como te ríes cada vez que te lo cuento)…pero yo no la esperaba….llegamos a nuestra calle, sudando como perros y ella toda seria….”poque no ma pedao tontalbote, que he pedio el papato” “ahora mi made me va a castiga”….yo le dije que se quitara el otro y asi no la oía entrar en casa y que se pusiera otros.

Al día siguiente, sobre las cinco de la tarde, que era cuando merendábamos y nos íbamos a la calle, otra vez la llamo mirando para su ventana…”Carmencitaaaaaa, Carmencitaaaaaa” y ella se asomaba y me decía “ya voy tontalbote, pedame ahí”….y cuando bajaba, nos íbamos al campo ese de detrás de nuestras casas.

Ese dia, había un perro atado en la puerta de una casa, y le digo a Carmencita que le doy dos cromos, si se acerca y lo toca. Pues ella ni corta ni perezosa, se arrima al perro…¡ay Dios!...el perro se pone a ladrar y a enseñar los dientes y ella se pega un susto de muerte, tal, que se cae de culo y el dueño de la casa, al oír al perro, sale….”¡pero bueno!” ¡¡¡que le hacéis al perro!!! Yo echo a correr y mi amiga otra vez, rezagada….”pedame tontalbote, que voy a peder otro papato”….si, si, estaba que la esperaba, con ese perro y ese hombre cabreado….y la pobre, siempre volvía a casa con un zapato solo….ay Carmencita, “¡¡¡andandaras!!!”