Hace un tiempo, bastante tiempo, fui con mi hermana Ana a un
museo de arte contemporáneo… que ya la conocéis, que es mas graciosa que las
pesetas mi Ana.
Entramos las dos ahí como si entendiésemos algo, nos ponemos
nuestras gafas de ver de cerca y nos ponemos a mirar la primera sala, donde no había
nada, solo un palo apoyado en la pared, pero vimos a la chica de seguridad ahí toda
asegurándose… y pensamos… “pues el palo este de la fregona es una obra, vamos a
mirarla como si no hubiese un mañana”, que mi hermana me decía, “pobre chica,
lo contenta que se pondría cuando le dijesen que iba a custodiar una obra de
arte y cuando viese el palitroque este, ¿qué pensaría la mujer?... y las dos
venga a reírnos y la mujer nos miraba de reojo… y yo le decía a mi hermana… “y
nos estará vigilando para que no nos lo llevemos o no lo toquemos”… y otra vez
a reírnos, procurando siempre que no nos oyese la pobre chica.
Nos vamos a otra sala y en esta sí que no había nada, pero había
gente mirando… y nosotras rompiéndonos los sesos a ver que estaban mirando…
¡pues era el suelo! ¡era el suelo! que habían unas sombras que emitían unas
luces del techo, con no se qué cosa delante. Pues nosotras ahí todas
entendidas, mirando las sombras… haciendo fotos, porque a las sombras sí que
les podías hacer fotos… y la gente súper emocionada… y nosotras también pero de
ver que nos habíamos dejado una pasta en las entradas para no ver nada.
Seguimos y nos dicen que hay que coger un ascensor… nos
montamos y salimos a otra sala donde había en el centro un amasijo de hierros
enrobinados… con unos cubos, pero no de agua, calderos, baldes, ¡no! de esos
no, cubos de cómo dados pero grandotes. Nosotras nos ponemos a dar vueltas
alrededor de ese amasijo para encontrar la gracia, pero no se la vimos por ningún
lado… ¡eso sí!, el de seguridad ahí plantado, que no nos quitaba la vista de
encima.
Mi Ana y yo no dábamos el habla, de la emoción, ¡que nooooo!
¡que era del aburrimiento!, ascensor “parriba”, ascensor “pabajo” ¡y la gente
muy puesta en esos temas, oye!... pero eso sí, reírnos, nos reímos como locas,
llorando y todo… ¡y es que con mi Ana es todo tan divertido!.
Al rato de dar vueltas viendo objetos sin fuste, (tengo que
aclarar que no entendemos mucho nosotras de ese arte y pido disculpas a los
artistas) pues ya nos habíamos perdido… y le digo a mi hermana de hacernos unos
selfis de esos, al menos para que nuestros amigos vean que también nos gustan
esas cosas… y en la última sala, me pongo al lado de una obra… la señalo, sonrío,
me pongo justo al ladito del artilugio, y veo otra chica de seguridad que se acerca a
mi Ana y le dice algo al oído… y yo pienso “vaya, ya nos van a multar por hacer
fotos”… se acerca mi Ana y me dice toda roja y con cara de querer reírse pero
no poder… “ Que dice la chica de la seguridad, que el extintor no es una obra
de arte, que solo es un extintor”… Yo me quede con los dedos de los pies
abiertos… y le digo… “jolines, pues lo siento, pero es lo más bonito que hemos
visto de todo”.
¡Gracias Ana por compartir los momentos risas conmigo!
jajajajajajajajaja vosotras si que sois una obra de arte, pero de guapas que sois.
ResponderEliminarme he reido mucho coni porque es una historia muy divertida.
muchos besos a las dos.
os quiero.
jajajaja os entiendo muy bien porque yo como tampoco lo entiendo mucho, donde este un Goya o un Quevedo....Una hisyoria muy divertida, no dejes tanto tiempo en la proxima historia Coni, te quiero, muuuuuak!!!!
ResponderEliminarJajajaja. Para mí no estabas equivocada. Lo más bonito, el extintor. Yo me hago una pregunta cuando veo que las personas admiran esas esculturas por así decirlo. ¿me faltará un poco más de inteligencia para comprender tanto arte?. Yo donde más lo veo es en las rotondas. Me ha encantado Coni, artista, que sé que lo eres. Un beso!.
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