La foto

Hace un par de semanas, fui a hacerme unas fotos de carnet porque se me iba a caducar el documento de identidad y como soy extremadamente meticulosa, pues no quería que llegara ese día que me caducase sin ir a renovármelo.

El día que me tocaba hacerme las fotos para ese documento, me arregle más de la cuenta, me maquille y todo y puse especial atención. Me fui al trabajo y me lleve mis pinturas de la cara, porque, como iba a estar todo el día en el trabajo, pues al salir supuse que se me descolocaría un poco el maquillaje y así me lo podría retocar.

Me voy al fotógrafo, con mis ojos pintados, ritmel (que casi nunca uso), maquillaje, colorete y pintalabios. Entro y le digo al chico que quiero hacerme una foto para el carnet de identidad, que ponga especial atención en los requisitos, que no quiero problemas. Me hace unas cuantas hasta que veo una en la que salía medio bien… y le digo que esa.

Me voy a casa con mis fotos tan contentica… y al día siguiente pido mi cita para el carnet. Me dan para la semana siguiente. Llega la semana siguiente y me voy al renovadero de carnetes. Espero en la puerta porque he llegado demasiado temprano y abren a las nueve. Espero veinticinco minutos y entro la primera, porque ya se había formado una colancana de aúpa.

Me dice la mujer que atiende, que me siente, que saque mi carnet antiguo y la fotografía. Yo toda orgullosa, le saco la foto que me había hecho el fotógrafo, el papel de la cita, el carnet antiguo al que le faltaban tres días para caducarse y el dinero. Coge la foto, me mira y me dice… “no, no, esta fotografía no te vale”… “¡mierder!” pienso yo… Y me dice que el pelo de un lado me tapa unos puntos de la cara que tienen que estar al descubierto. “No puede ser verdad” pienso yo… y claro, ese día llevaba la pintura en la cara de ir al curro, una rayita en el ojo y los labios sin pintar ni nada. Me dice la mujer que enfrente tengo un fotomatón, que me vaya a hacerme fotos y que me despeje la cara.

Cruzo la calle con malhumor, me meto en el fotomatón, meto el dinero y miro los botones… Me habla la maquina esa, que me pasma viva y me dice que ponga la cara en el circulito que se ve en una pantalla, la coloco centrada y me echo el pelo detrás de las orejas que parecía un orco de esos de Mordor, pero de los feos, feos, feos… y eso se pone a darme instrucciones, yo con el pelo detrás de las orejas, sin pintar y contrariada, empiezo a darle a los botones… y me hago una foto… Y la maquina me dice que si no me gusta esa, que vuelva a darle al botón verde… pero miro a la pantalla y salía un mensaje en toda la cara… Y yo pensando que se había disparado el antivirus, no veía nada, solo las orejas por los lados del mensaje… y claro, como no veía, pues le doy a aceptar.

Me dice que espere que en un momento tengo las fotos impresas, espero y veo salir la ristra de fotos del orco de Mordor… pongo la cara triste de emoticono, respiro como lo haría el Calimero y me piro otra vez al renovadero. Le pregunto a la mujer que si esas valen y las mira y le veo una maligna sonrisa… “ahora sí” me dice la mujer… “¡Claro! ¡ahora sí! ¡ahora que parezco un orco si!, si es ahora cuando no me conoce ni el tato, pero antes, que estaba monísima y solo me tapaba el pelo una mínima parte de la oreja no… La verdad, a veces no entiendo nada, pero bueno… ahora tengo un carnet donde parezco la madre de Brian… Me dan ganas de ir al fotógrafo a cantarle las cuarenta y decirle que no tiene ni idea de los requisitos que hacen falta para una foto del carnet de identidad… pero por otro lado pienso… ¡Siempre nos quedara el de conducir!