Este mediodía he hecho paella de marisco y como su propio
nombre indica, pues lleva marisco… almejas, gambas, una rodaja de bonito,
mejillones… y ¡cómo no!, los temidos y saltarines calamares.
Pongo el sofrito que lo hago con un pimiento rojo, dos
tomates, cinco dientes de ajo… y lo dejo que se caramelice todo. Después pongo
los calamares y los dejo que se tuesten bastante. Como pegan unos saltos, que parece
que hayan currado en el circo del sol, pues los tapo un poco… pero ¡qué va!, eso
pega unos botes que se llevan tapadera y todo.
Estoy con la ventana abierta porque hace mucho calor y veo a
la vecina de enfrente, que su ventana de la cocina esta frente a la mía por el
patio de luces, que esta fregando y haciendo cositas y como ya sabéis por otros
post, es un poco rara y ni me mira, ni saluda, ni nada de nada. Ella a sus
faenas y yo a los saltos de la rana, digo, de los calamares.
Cuando están ya que no pueden saltar mas porque hasta han
cogido una pértiga, destapo la paellera para añadir las almejas… y cuando quito
la tapa esa finita que no pesa nada y está llena de agujeros… ¡cataplom!,
aprovechan la escotilla y me saltan encima de los brazos. Yo me los quito rápido
y dejo los brazos bajo el agua para que no se me pongan rojos. Sigo echando
almejas mientras que lucho contra ellos con la mano liada en un paño de cocina,
en la otra la tapadera, que parezco el Cid Campeador con su lanza… y ellos
salta que te salta y yo grita que te grita. Termino de echar las almejas y de
bailarme una jota aragonesa, y los vuelvo a tapar y le pongo un ladrillo
encima, dos pesas de cinco kilos y un piedrolo… “de ahí no os movéis”, les digo.
Me doy la vuelta hacia el fregador, que es desde donde veo a
la vecina… y la veo con unos guantes puestos de látex, las manos quietas llenas
de espuma y riéndose a carcajada limpia. Yo le digo tímidamente que ¡como
saltan los calamares mientras se fríen!… ella para de reírse, me mira seria,
asiente con la cabeza y cierra la ventana, como es su costumbre. Mientras tanto,
los bichos luchan por quitar la tapa con todo el arsenal de cosas que les he
puesto encima… pero esta vez no os vais a ir de fiesta… ni al microondas, ni al
techo, ni al fregador… ¡ahí castigados!, esta vez… ¡no nos vais a dejar sin
comer!.
jajaja...... Coni lo tuyo con los calamares es tremendo.... como me gustaría verte en plena batalla con ellos, y eso de que hasta con pértiga quieren saltar jajaja... es para troncharse de risa.Un besazo guapa!! ( valle )
ResponderEliminarQue buen título; "La batalla de los calamares" jajajaja. Coni, yo no sé qué haces antes de cocinarlos. Se me ocurre que podían haberte oído esa voz tan bonita y estaban alterados. Podría ser. Estoy seguro que te salió de rechupete porque sé que a todo lo que haces le pones mucho empeño, dedicación y sobretodo sensibilidad. He visto muchos trabajos tuyos para saberlo. Bueno... también alguna tostada chamuscada jajajaja... pero eso es querer hacer varias cosas a la vez. Que una persona que tienes tan cerca sienta indiferencia por ti, aunque no lo quieras te toca el alma. Al menos eso me pasa a mí. No puedo decir que me haya gustado... la paella, lo escrito sí. Un besito, Coni!.
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