Es una fobia que yo no sabía que existía hasta hace bien
poco… ¡pero la sufro y de qué manera!.
Creo recordar que en otro post os conté que un día mi madre había
hecho magdalenas. Por la tarde, me llama para merendar y me sienta en la mesa a
su lado porque yo era muy pequeña. Me pone delante un vaso de leche con cacao y
una magdalena de las que ella había hecho, (que ricas mami)… “se me ha tostado
un poco de mas”, recuerdo que me dijiste… bebo un poco de leche y empiezo a
pegarle bocados a la magdalena… y cuando iba por la mitad, que yo empezaba a
comerla por la parte de arriba, la miro, y ahí estaban… esos agujeros oscuros
hasta el papel, todos juntos, mirándome. Tire la magdalena y empecé a gritar. Mi
madre no sabía porque gritaba, hasta que me zarandeo y pare de gritar y le dije…
“es que los agujeros de la magdalena me estaban mirando, todos juntos”… ella no
salía de su asombro, se pensaba que había perdido el norte.
A los dos o tres años, en el colegio nos mandaron hacer un
cuadro. Consistía en meter arroz en agua y darle color a los granitos con anilinas,
que es un colorante… y una vez seco, se hacía el cuadro y quedaba muy bonito la
verdad. Yo como era una “estrucianta” pensé, que si yo hacia uno por mi cuenta
y se lo enseñaba a la maestra, me pondrían muy buena nota, pero esta vez con
garbanzos. Los metí en remojo con su correspondiente anilina, cada montoncito
en un vaso con un color diferente, pero esta vez, no espere que se secaran
porque yo soy así de impaciente. Los pego en la madera, húmedos, hago una
casita y guardo el cuadro para cuando estuviese seco, llevárselo a la maestra. Recuerdo
que lo puse en una buhardilla que teníamos que daba a la terraza. A los pocos días
subo por él para ver si se había secado… y mis gritos se oían hasta en
Pontevedra… ¡le habían salido a los garbanzos unas raíces, todas hacia fuera, mirándome!…
mi madre subió corriendo y cuando vio el cuadro, me cogió la cabeza con sus
manos y me la puso en su pecho mientras me decía… “no mires, no mires”… ella sabía
que tenía esa fobia, solo que no sabíamos el nombre, pero a mí me daban mareos y
angustia aquellas imágenes.
Mi madre siempre que había algo así, les decía a mis
hermanos que no me lo enseñasen, que me daba “ereza ver muchas cosas juntas”,
jajajaja, pobrecita, hasta en eso estaba pendiente.
Hace dos o tres años, busque esa fobia en internet… comencé
por poner… “miedo a ver cositas juntas”… y me salieron las imágenes más atroces
jamás vistas por mi… pero tapando las fotos con la mano, pude ver que esa fobia
se llama ¡tripofobia!... que hasta el nombre es asqueroso.
No puedo buscaros una foto que haga alusión al tema, por lo
que ya os he contado, pero os dejo una hecha con garbanzos muy bonita.
jajajjajajaja qué bonicas las raíces mirándote.. ay Coni ya sé que no es pa reirse porque lo pasas fatal pero es que lo cuentas muy gracioso.
ResponderEliminarUn beso y un deseo de que mejore esa tripofobia que tienes.
El que este libre de fobias que tire la primera piedra.....aunque la tuya es mas comun de lo que te piensas....al menos tu ya le has puesto nombre, la mia es aracnofobia, un besazo Coni
ResponderEliminarPORRI
Es raro la persona que se escapa de una fobia. Seguramente, a más edad, mayor es el número de ellas. Coni, esa es material y si no ves esos agugeritos, te olvidas. Yo, creía que no tenía ninguna pero desde hace poco, tengo una de dificil resolución. Tengo miedo a estar triste porque me derrumbo. Hoy es uno de esos días. Voy a salir a la calle a ver si consigo unos buenos días o una sonrisa, que me vendrá bien. Un beso!.
ResponderEliminarAh! No te he dicho que me suele durar poco. Cualquier cosa agradable que me suceda, elimina ese estado de tristeza. Hace poco lo acabo de comprobar.
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