by Syaoran-Li
Vamos a remontarnos a épocas de la niñez. Vamos a recordar a
nuestras madres en situaciones en las que eran ¡verdaderas actrices!. La mía
cuando me mandaba a la tienda o a llevarle o traerle algo de casa de alguna
amiga suya… parecía el hombre ese de barba blanca y larga de la película “El
señor de los anillos”, la cual he empezado a ver, como cuatro veces, pero me
duermo en esa escena… y mira que mi interés es grande, más que nada, porque me
han dicho que la vea que es muy bonita… pero no hay manera.
Mi madre decía… así con la voz de ese hombre… que creo que
su nombre es Gandalf… “Coni, vete a casa de María Ascensión del Calvario, (antes
había esos nombres) y dile que te de los hilos de nylon que le preste que me
hacen falta, pero ten cuidado cuando cruces la carretera, que los coches ya
corren a mas de 20 km./h, y cuando la atravieses, pasaras por la casa de Antoñita
la del pan… tiene dos perros que ladran mucho… no te asustes. Cuando vuelvas,
mete los hilos en tus bolsillos y ten cuidado si saltas o corres, que no se te
caigan”. Pues yo, como era muy obediente, corría que me daba con los
talones en el culo, a por el anillo… digo, a por los hilos de nylon… intentando
salvar todos esos peligrosos obstáculos de los que mi madre me había advertido.
Otra veces mi madre convertía cualquier situación familiar
en un musical. Recuerdo que yo me acostaba en el sofá y me daba frio y le decía
a mi madre… “mami tápame que tengo frio” y mi madre venia a taparme con una
mantita de cuadros y cantando eso que cantaba Sara Montiel… “tápame, tápame, tápame
que tengo frioooo, como quieres que te tapeeee”… y me ponía la manta por encima…
y seguía cantando y cantando, mirándome como si quisiera que yo entendiese las
letras de las canciones, gesticulando y todo… ¡grande mami!.
Otras veces mi madre se convertía en Bruce Lee. Yo como era
muy trasto y traviesa, pues mi madre me perseguía con la zapatilla en mano
(nunca consiguió pillarme) cuan nunchakus. Me metía debajo de la mesa y mi
madre, zapatilla en mano, se agachaba y metía la zapatilla intentando
alcanzarme… ¡oye, que se oía el sonido de los nunchakus y todo!... yo salía de
debajo de la mesa, y saltaba y ella…. “ziuuuuuu, chu, chu, chu, ziuuuuuu”, pero
nada, la pobre no tenia suerte… pero ejercicio hacía… era ¡mother Lee!.
Otras se convertía en una “masterchef” de estos programas
que hay hoy en día. “Coni, ven que te voy a enseñar a hacer caramelos de azúcar”,
me decía. Se ponía un delantal y a mí me rodeaba a la cintura un paño de cocina…
“Empezamos”, decía… “cogemos un cazo, lo secamos bien, y con mucho cuidado,
encendemos el fuego. Luego ponemos azúcar en el cazo, como un vasito, y le
damos vueltas a fuego muy lento hasta que el azúcar se hace liquida. Luego la
ponemos en montoncitos en un plato… le ponemos una avellana a cada uno, y
cuando se enfría, tenemos unos deliciosos caramelos”… y así, se convertía en
una “masterchef” que no tenía nada que envidiarle a las de la tele… pero yo
solo deseaba que se enfriasen pronto para comérmelos J.
Y así, día a día, nuestras madres hacían de nuestras vidas,
verdaderas películas, amenas, felices, alegres, divertidas… siendo las mejores
actrices del mundo... La mia era Mamilina Jolie.
Coni te estaba imaginando con esa carica tan bonica que tienes en esa foto de pequeña que me gusta tanto, con tus trenzas de Pipi y tus piernas largas saltando y corriendo por esos lares del pasado... gracias por trasladarnos a esos mundos donde existe la magia y el amor de madre.. un beso muy fuerte.
ResponderEliminarConi, creo que tu madre era algo más que actriz. Todas esas advertencias, no eran más que el gran instinto protector que tenía. Te protegía aún sin estar contigo. Es admirable. Al unir todo lo que hacía, salía eso... una madre ejemplar. Me agrada y también agradezco que me hagas recordar esos tiempos de niñez. Un beso!.
ResponderEliminar