Las tres de la tarde, entro a la oficina como todos los días.
Abro el correo y veo uno donde me piden una documentación urgente. Intento
imprimir el documento pero la impresora no funciona… ¡estrés!!! ¡Ansiedad!!! ¡Agobio!!!...
me levanto de la silla y me voy al aparato infernal y empiezo a quejarme en voz
alta y a decirle cosas preciosas a la impresora… y me dice, la buena mujer, que
está llena de tóner residual y que necesita una ducha… me quedo mirando la pantalla,
muy moderna ella y me empieza a dar instrucciones de cómo puedo limpiar esos
residuos. “No parece tan difícil”.
Sigo las instrucciones, retiro dos pestañas que hay de lado
a lado debajo de los tóneres… y saco una especie de regleta que pesaba un
quintal. La llevo hacia la papelera, y la vuelco en ella. Como la regleta es
tan larga, lleno el suelo de polvo de tinta negra a los dos lados de la
papelera y en la papelera no ha caído ni una motita… dejando el suelo más negro
que el tizón. Sigo vaciando, pero esta vez, vuelco la regleta y pongo el
orificio hacia la papelera, pero mientras le doy la vuelta, cae a plomo un montón
del polvo ese infernal negro y lleno todo el suelo con papelera incluida… se
levanta un humo negro… “¡Madre del amor hermoso!”, me repito una y otra vez… ha
saltado polvo de ese hasta en la pared… pero ya que estoy puesta, pues sigo
vaciando y la nube sigue aumentando… por un momento he pensado que había
abierto las puertas del infierno e iba a aparecer algo malo. Oigo risas y clics
de fotos y más risas y más risas y yo peleando con el humo ese negro… ¿os acordáis
de la serie “Lost” o “perdidos”?... ¿que en los primeros capítulos los protas
eran perseguidos por un humo negro, que si te alcanzaba te mataba?…. Pues lo
mismico, solo que en la serie no tenían tanto humo como tenía yo… y sigo oyendo
risas y más risas de mis compañeras… “madre mía, cuando venga el que se sienta
al lado de esa papelera” pienso… pared, mesa, silla… ¡todo negro!... veo un
plumero que se filtra por la nube negra, que me lo daba una compañera para que
limpiara la pared, otra me daba un recogedor y una escoba… y otra me daba una
fregona… y yo, “to agobia”, que no las dejaba acercarse… ¿para qué? Si ya me había
yo llenado de esa cosa… y la otra venga fotos y venga fotos.
Al final, lo hemos dejado todo más limpio que el cristal de “wasabi
ese”… o no, ¿Cómo se llama ese cristal que hace relámpagos?... cristal de…. ¡Jo,
que no me acuerdo¡… me debe haber afectado el humillo ese al cerebro… bohemia,
cuarzo… ¡no, no!... jooooo… ¡swarovski!... leñe, que no me salía la palabreja.
Después del lavado de oficina, he conseguido hacer las
fotocopias… ¡menos mal!... y me dicen mis compañeras, que cuando pasa eso hay
que llamar al servicio técnico… ¡quita quita! Que eso solo vale para hacer
gastos… desde ahora soy… ¡Black Coni!.
Mis compas, aun siguen riéndose y es que la verdad, ha sido
una situación un poco “trambolica”… y el señor este que se sienta en la mesa
donde se ha abierto la puerta del infierno, no se ha dado cuenta de nada.
Ay hija...lo mismo vales para un roto que para un descosido como bien decìa nuestra santa madre!!!! ya te podian dar algun extra por el dinero que le ahorras a la empresa. De aqui en adelante el servicio tècnico se llamarà....Coni!!!!
ResponderEliminarPORRI
jajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajajajajajajajajaja!!!! la servicia técnica de impresoras mundial jajajajajajajajajajajajaja.
ResponderEliminarJajajaja
ResponderEliminarReal como la vida musma.
Comi eres la mejor
Vaya tarde más movida. Seguro que se te ha echado la hora encima y no te has enterado. Las risas... inevitables. Yo también me he reído. Unas veces más que otras necesitamos reirnos. Ah! cuida bien de la impresora, que no le falte un detalle que como todos los mantenientos y reparaciones tienen su garantía jajajaja. Un besito guapa!.
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