Me llamas por la ventana y me dices que suba a merendar.
Subo, me duchas y me das pan y chocolate, te digo que me voy al patio a jugar y
me dices que me lleve a mi hermana pequeña y que tenga mucho cuidado con ella…
tu estas cosiendo, al lado de la radio, escuchando una novela.
Me voy al patio y juego con mis amigas… y mi hermana pequeña
siempre a mi lado, con esa cara de pillica… la miro y me hace sonreír. Me dice
que se quiere ir a casa contigo mami, que se hace pipí… y yo la subo, intento
dejarla contigo, pero tú me dices que me espere y que me la lleve otra vez, que
tienes que hacer la cena y contigo se aburre. Me la llevo otra vez al patio con
mis amigas.
Me llamas otra vez por la ventana… “Coniiiii”, (esto me
recuerda a la hija de la omaita llamando al Josua)… “sube que ya está la cena”.
Subo con mi hermana pequeña, me voy contigo al baño mientras que la duchas y me
dices que la entretenga mientras le haces su papilla… yo me la siento en las
rodillas y le canto eso de… “al paso, al paso, al paso, al trote, al trote, al
trote, al galope, al galope, al galope” mientras muevo las rodillas cada vez más
rápido. Ella salta en mis rodillas y se parte de risa… y así hasta que terminas
de prepararle la papilla. Me voy a la mesa a cenar y ceno. Me miras, te miro y
me sonríes… y no sé que estas pensando en esos momentos, pero a mí me llega una
oleada de amor incalculable.
Me acuesto y entras a darme las buenas noches… me das un
beso y me dices que no me destape que hace frio… y veo como te vas por la
puerta, la cierras un poco y me apagas la luz y me duermo.
Al día siguiente, me levanto, me das el desayuno, me peinas,
me pasas la borla por la cara, me das un beso y me voy al cuarto de mi hermana
pequeña… duerme, le doy un beso y se mueve, pero sigue durmiendo… y me voy al
cole. Me dices que tenga cuidado al cruzar la carretera… y yo deseando volver,
para verte, para que me des un beso, para que me preguntes que tal me ha ido,
para que me des la comida… para quererte… y así día a día, beso a beso, abrazo
a abrazo, pan con chocolate, molinillo, corre, corre que te pillo… achupé,
achupé, sentadita me quedé…. ¡¡¡Mami, dame pan con chocolate!!!.
Preciosa historia. Ojalá te sientas como si te diera otra vez pan y chocolate, y besos y abrazos...
ResponderEliminarMarimar
Pan y chocolate....es la merienda que yo le doy a mi nieta pequeñita que le encanta, pero su madre que es mi hija me dice....eso no es merienda para la niña!!!!que no es merienda? que se lo digan a Coni y que me lo digan a mì....amor ...chocolate...besos....y tantos recuerdos...Que bonito Coni, un besazo!!!!
ResponderEliminarPORRI
Nuevamente me has llegado al corazón. No sólo has recordado, también has derrochado amor. Tú si que eres la fábrica del amor. Como dice tu hijica...un beso grande!!
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