Suena el despertador… una música al ritmo de Bee Gees y su Stayin
Alive… ¿Cómo puede ser si yo tenía esa del sonido del agua corriendo y pajarillos
cantando?... pero no me importa, me gusta, me hace levantarme de la cama
bailando… y no puedo ponerme las zapatillas porque ellas también se mueven por
el suelo dando pequeños saltitos. Corro detrás de ellas, las alcanzo y me las
pongo. Me pongo la mano en la boca y me rio… “que cosas tan raras pasan…
jijijiji”.
Me voy a la cocina a prepararme el desayuno y cuando abro el
armario, veo a las galletas cantando con voces de gnomo y riéndose sin parar
esa canción de la hija de Ramoncin… “caca, culo, pedo, pis, pipi, cacaculo
cacaculo cacaculo pis”… las miro sin inmutarme y cojo una y le pego un bocado… ¡ñam!...
la galleta me mira con ojillos “languidosos” porque le he arreado el muerdo en
la mitad de la boca, pero ella sigue… aunque sin poder articular palabra… “p…mmm
mmmm mmmm ppp mmmmmm”… le arreo otro muerdo y se hace el silencio. Miro otra,
pero veo que se han metido todas en la cajita de galletas… las dejo, por el
momento.
Cojo el cartón de leche del frigorífico y cuando voy a
abrirlo, veo la leche derramada por todo el cristal de los refrescos… y del cartón
salía zumo de naranja… y la leche riéndose con su gran boca roja…y cantando una
canción… “sala cadula chachicomula dibidibadibidu jijijijijiji”… ¡pero será posible!...
las miro de reojo, cierro el frigo y me doy la vuelta. Preparo la cafetera y
veo el chorrillo de café, que en vez de salir hacia la taza, sale hacia arriba
haciendo como una espiral… la miro divertida, me doy la vuelta y me voy a la
ducha… el gel ha cambiado de color como un camaleón… es rojo pasión, tintándome
todo el cuerpo… la esponja se ha vuelto chicle y se me ha pegado por todo el
cuerpo…. Y la música de los Bee Gees dale que te pego. Salgo de la ducha toda
roja y con la esponja pegada a trocitos por todo el cuerpo y me visto como
puedo, salgo de casa y me voy por la escalera… no me fio del ascensor… y en el portón-descansillo-rellano,
veo a las galletas, esponja, gel, leche, café y el despertador, mirándome y
riendo sin parar… me quedo atónita, me hacen paso, y me dicen… Coni, ¡que
tengas un buen día!... me quedo quieta mirándolos… de repente doy un zapatazo
en el suelo… y se suben todos a casa corriendo por la escalera.
Cojo el coche, me miro en el espejo retrovisor… mi cara
sigue roja con trocitos de esponja… pero yo me rio y me rio y me rio… me
descojono… y pienso… que poco les ha costado arrancarme una sonrisa… como si
eso fuese normal.
Jaaaaajajajajaja Que guay!!! Yo tambien quiero que mis galletas canten esa canción!!! Jajajaja Gracias por esta entrada tan bonica y divertidísima como tú!!
ResponderEliminarjajajajajajajajaja esta si que es una historia supercalifragilisticaespialidosa!!!!!eres la mejor cuentacuentos de esta decada...tenias que haberte hecho amiga de Gloria Fuertes, hubierais hecho una pareja buenisima...un besazo guapa
ResponderEliminarPORRI
Ya quisiera yo soñar despierto como tú. Dejar volar mi imaginación y perderme de vez en cuando. Lo importante es que al final te han hecho sonreír. Sigue siendo una niña. Yo también lo intentaré. Un beso!.
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