¿Hola?

No sé a vosotros si os ha pasado, que queréis hacer una llamada telefónica y marcáis un número equivocado… a mi me pasa de vez en cuando y la mayoría de las veces, pues te dicen… “perdone, se ha equivocado usted de numero”… pero otras, pues pasa lo siguiente:

Una de esas llamadas en lo que pasa “lo siguiente”… yo he trabajado muchos años en un laboratorio de una fabrica… y tenía que llamar de vez en cuando a que retiraran un material… la primera vez que lo hice me paso que… llamo “rin rin rin” y me contestan… ¿dígame?... y les digo… “buenos días, llamo para que vengan a retirar la carnaza”… la carnaza es un resto de materia orgánica, que no sirve de unas pieles de vacuno, que se usan para hacer zapatos… y me contesta mi interlocutor… “¿la carnaza?...¡qué ascooooo!... ¿Qué es eso?”… y yo veo en ese instante que me he confundido. Pido perdón y vuelvo a marcar con otro  número que me dan. “rin rin rin”… y me contesta una voz muy alegre… “dime quiso”… y le digo… “buenos días, llamo para que vengan a retirar la carnaza”… y me contestan… “uy tu tah quivocao quisho, yo soy Hezulin, Hezulin dubrique”… yo no salía de mi asombro, porque a la vez que pensaba que me estaban gastando una broma, veía que era la voz de esa persona… y yo le contesto… “¿Cómo?”… y me vuelve a decir… “que zi quisha, que tah quivocao, que zoy Hezulin, zi nezezita argo má, y zi no, voy a zeguí con lo mío quehtoy ocupáo”… yo me despido pidiendo disculpas y vuelvo a marcar… hasta que atino con la empresa esta que retira la carnaza.

Otra llamada en lo que pasa “lo siguiente”… hace muchos años, acababa de terminar mis estudios y me contrataron en una empresa de productos químicos para mantenimiento industrial… y llaman por teléfono para preguntar por mi jefe… “rin rin rin” y esta vez contesto yo… “¿dígame?”… y oigo… “buenos días señorita, soy Agustina de Aragón, me puede usted pasar con su jefe?”… claro, te dicen eso y piensas que es una novatada… y contesto… “Claro, usted es Agustina de Aragón y yo soy Juana de Arco”… y me dice ofendido mi interlocutor… (si no digo el nombre, no puedo contar la historia, así que, pido disculpas a este señor, espero que no lo lea, y si lo lee, espero que le haga gracia)… me dice mi interlocutor, como iba contando… “¡¡¡Mire usted señorita!!!, yo no sé si usted es Juana de Arco, pero yo soy Agustín Aragón y ya hablare yo con su jefe”… ¡Dios! que metedura de pata… cuelgo y espero con el corazón acelerado a que vuelva mi jefe… y cuando vuelve… se sienta enfrente de mi mesa…. y  me pregunta que qué me ha pasado con ese señor, (ya se había enterado)… me mira muy serio… me pongo “tó roja”… y empieza a descojonarse de la risa… ¡Búf!, menos mal, menudo rato me ha hecho pasar.

Y tengo una amiga, que hace poco me conto que llamo para pedir cita para hacerse una mamografía y también se equivoco de numero… “rin rin rin”… “hola, quería pedir cita para la mamografía”… y claro, su interlocutor le contesta… “se ha confundido usted”. Ella vuelve a llamar… y vuelve a confundirse al mismo teléfono del mismo señor… “hola, llamaba para pedir cita para la mamografía”… y el mismo señor, le contesta… “pues es la segunda vez que llama usted, yo no entiendo mucho, pero si quiere, yo se la hago… ¿quedamos?”… jajaja mi amiga no sabía donde meterse, pero ya este señor estaba empeñado en hacerle la mamografía… podría haber sido una “cito” y de la “cito” lo mismo sale una cita.