Ir a la playa cuando eres pequeño es todo un acontecimiento.
Mi madre preparaba las mejores meriendas playeras que puedas soñar….conejo con
tomate frito, tortilla de patatas, salchicha con pan, sandia, refrescos de todo
tipo, torta de pimentón, pepinos con sal, tomatito…y un largo etc…de cositas
que se comen a la orilla del mar. Mi padre, plantaba la sombrilla, que mas que
una sombrilla playera, parecía una plaza de toros….mis hermanos…, admiraba a
mis hermanas mayores, que sacaban sus esterillas, sus bronceadores y se
tumbaban al sol (que malo es eso hoy)…y con sus grandes gafas de sol, parecían sirenas…”de
mayor, hare lo mismo”, me repetía yo misma una y otra vez….y entonces, se me
acercaba mi madre, me daba un cubo y una pala y me plantaba un flotador en mi
cintura.
Mas grandecita, recuerdo que me ponía unas gafas de bucear y
unas aletas…y mi madre me decía que no me fuese donde no hacia pie…pero yo,
como era muy desobediente, me iba para dentro, dentro, dentro, dentro….hasta
que veía que no me miraba mi madre y entonces me sumergía. Un día, me fui tan
dentro, que no iba mirando el fondo, si no que, iba mirando hacia atrás a ver
si mi madre levantaba los brazos diciéndome que me saliese a la orilla….pero
como la vi con los brazos en su sitio, me relaje y metí la cabeza debajo del
agua con mis gafas….y….¡horror!...había debajo de mi todo un banco de algas
bailando al son de las olas…¡oh Señor! (oh my God)….parecía que me iban a
envolver y me iban a dejar en el fondo del mar con la sirenita y el Sebastián….entonces,
empecé a nadar hacia fuera, con tan mala suerte, que me pico una medusa….yo
pensaba que era un castigo de Neptuno, que me estaba pinchando con su tridente….y
cuando alcance la orilla, mire mi muslo ardiendo y allí estaba esa cosa…pegada
a mi pierna y quemándome urticante…los hilos de la medusa aun seguían adheridos
a mi piel….se me caían unos lagrimones como puños….pero claro, no le pude decir
nada a mi madre, porque encima, me iba a llevar una regañina de aúpa.
Después tienes hijos y es toda una aventura ir a la playa
con ellos, (como me acordaba de ti, mami)…que si no te vayas para adentro, que
si no te pongas a pleno sol, que si ven que te ponga crema….y todo el día con
los pies en remojo, sin poderte sentar, pendiente de ellos.
Hoy en día, los hijos ya van solos, las mamas ya no te dicen
nada, incluso te cuesta ir a la playa….pero hay días que le dices a tus
hermanos….”vamos a pasar el día a la playa”….y todo ese glamour que había
antes, de las cremitas, las esterillas, los biquinis, las gafas….todo eso ya
paso a la historia….hoy te llevas una silla de playa confortable, una
sombrilla, un buen libro….y una cesta llena de chucherías….pipas, patatas,
gominolas, refrescos…y no sé cuantas porquerías mas….y de vez en cuando
levantas la cabeza a ver si se ha hecho de noche y te tienes que ir a tu casa a
acostarte, pero si no, si aun es de día, vuelves a meter la cabeza en el libro…y
la mano en la cesta….y cuando te quieres levantar….te llega la lorza a
Pontevedra.
Ay Coni que recuerdos...pepino con sal...tortas de pimenton..y ahi estaba ella debajo de la sombrilla con su nevera y vigilando...ahora una maldita enfermedad le ha robado la memoria y casi no nos reconoce, pero nosotros si que la reconocemos y podemos devolverle un poquito de tantas cosas que nos dio ella,,,,gracias Coni por recordarnos tiempos tan felices
ResponderEliminarPORRI
Jajajaj cuanto me gusta como cuentas las cosas... ainss me ha encantado!!!
ResponderEliminarTe kieroo muchooo
Tren
Tres maneras buenísimas de pasar un dia en la playa, con todos los complementos requeridos en cada situación. Para mi la tercera. Chuches, mar y libro....me encanta!! Un besazo preciosa mia. G
ResponderEliminarMe encanta tu manera de expresarte, sigue escribiendo por favor :)
ResponderEliminarhola Coni como han cambiado las cosa ,ahora casi no nos dejan ir, tenemos que llevar una protección tan alta que casi necesitamos ir con guardaespaldas jajaj,Todos los veranos tengo a mi madre conmigo y a sus casi 90 años soy yo la que ahora la lleva a ella a la playa, nos sentamos a la orillita esperando las olas y que felices somos.Un besazo Coni!! (valle)
ResponderEliminarde niña la playa me quedaba a 6 hrs de camino, aun así mi padre hacia los planes para ir cada año, Ahora vivo a 1 km de la misma playa que visite de niña por años y creo que visitaba la playa mas seguido de niña que ahora. Linda tu historia
ResponderEliminarCon esa forma de expresarte que tanto me gusta porque es como si lo viviera, me has hecho recordar tantos días de playa...son los recuerdos más bonitos que guardo de mis hijos, (Algunos tengo de mi infancia) y como cualquier aventura, por algún motivo u otro, siempre recordaré esos días. Gracias Coni por haberme hecho recordar. Me he quedado con el sabor de pepino con sal. Era un clásico. Un beso!.
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