He estado unos días con mi hermana Ana…en su casa. Tiene un
perro, pero un perro pequeño….es un perrito tan pequeñito que está un poco
maleducadito…pero porque es un perrito pequeñito. Cuando llega alguien a casa,
incluso ella misma, el perrito ladra sin cesar…no para de ladrar y te pone la
cabeza como un bombo.
Nos vamos a la calle las dos y si tardamos un minuto en
volver, el perrito ladra, si tardamos dos horas, el perrito ladra…al volver…y
si tardamos tres días, el perrito ladra igual. Yo le digo a mi hermana que cómo
podemos hacer para que no ladre tanto el perrito y ella me dice que ha leído algunas
cosas y que a los perros, les puedes enseñar lo que quieras que ellos lo hacen…les
puedes enseñar a que no ladren, a traerte las zapatillas, a que te abran la
puerta….¡todo!, se les puede enseñar todo y ellos lo aprenden.
Yo como soy de estas personas “run run” (dícese de las
personas que no paran de fantasear y darle vueltas a las cosas), pues me dio
por hacerle preguntas a mi Ana….”Ana…¿ y les puedes enseñar a los perros a que
te limpien el suelo si le pones en las patas unas gamuzas?”….”¿ y les puedes
enseñar a que te den vueltas a la cuchara mientras se hace el cocido y tu lees
tranquilamente en el sofá?”…y mi Ana me dice que sí, que si los adiestras bien,
pueden hacer lo que tu les enseñes.
Nos vamos a la calle, cogemos el coche para ir al súper que
está lejos, y ella vive en una calle perpendicular a la carretera principal en
la que tienes que hacer un stop…y nos paramos….y yo con el “run run”…cuando de
repente miro el coche que había delante de nosotras haciendo el stop para salir…y
que no salía…y veo ¡un perro en el asiento del conductor!...y flipo, pero que
flipo en 3D…y le miro a mi Ana y la veo tan normal….y vuelvo a mirar el coche
de delante y vuelvo a ver al perro mirando a un lado y a otro para ver si venia
algún coche y poder salir….mi mente se metió en un mar de “run runes”….y le
digo a mi Ana….”Ana, ¿va conduciendo un perro el coche de delante?...yo seria, serísima
y blanca….y mi Ana me dice….”Coni, ¿es que no ves que es un coche extranjero y
lleva el volante en el otro lado?....¡¡¡Ayyyyy Dios mío!!!!....por un momento
me pensé que conducía el perro…y claro, era un perro grande, en el asiento de
conductor español….que no deben ir ahí, y mirando hacia un lado y hacia el otro….y
lo he visto…¡lo he visto conduciendo!.
Ana, para ya de reírte
que te estoy viendo, que seguro que aun no has parado desde ayer…..¡madre mía,
que me pensaba que iba conduciendo el perro!...¡lo juro!.
Es una historia buenisima!!! bueno, mas que buenisima, es una historia tuya!!!! con eso esta dicho todo. Es impresionante que con todo lo que tienes, sigas con tu buen humor de siempre, eso solo lo puede hacer mi "Bambi". No creo que exista otra persona capaz de encarar la vida, como lo haces tu. Eres la persona mas increible que he conocido y no es "pasion de hermana". No CAMBIES NUNCA!!! por el bien de todos los que estamos a tu alrededor sobre todo. TE QUEREMOS!!!!.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo Meña, ella es asi, que aun llorando por dentro es capaz de hacer reir a los demas...ojala y no te quisiera tanto porque asi me doleria menos por la situacion por la que estas pasando ...te quiero Coni
ResponderEliminarPORRI
Al leer a tus hermanas, me doy cuenta que desde entonces a ahora, la vida, no se cuanto, pero te ha sonreído. Yo me alegro muchísimo.
ResponderEliminarNo he visto conducir a ninguno perro, aunque sí llevarle a su dueño el pan, fruta y muchas cosas más.
Ya sé que estos animalitos no te van. Si te hubiera ocurrido lo que a mí, que tuve un perro a los ocho años que era un compañero, un amigo y como un hermano... Cuando a mi madre se le iba la mano, me dejaba llorando. Pues el perro se sentaba a mi lado, me besaba la cara con su lengua y cómo si de una persona se tratara, gemía. Entonces tenía el sentimiento de no estar solo y me aliviaba mucho. No se separaba de mí ni un segundo. Como no querer a esos animales tan sensibles?. Un beso!.