¿A vosotros no os decía vuestra madre cuando erais pequeños?....”duérmete
que viene el tío del saco”…o….”¡si no te lo comes todo, viene el tío del saco!”….¡Dios
mío que miedo daba ese tío!....tenía un saco donde metía a los niños que no hacían
caso a sus mamas…y sabe Dios donde los llevaba….nunca nos lo dijeron.
Pues a mí, hoy por hoy, viene a visitarme “la tía del saco”.
¡Sí!, como lo oís. Es una mujer joven, guapa, alegre….y…¡tiene un saco!....¡es
la tía del saco!.
El otro día, estaba yo a punto de levantarme, miro el reloj
porque oí un ruido en el salón…se ve que últimamente no duermo bien…y al oír el
ruido me levante rápidamente….y cuando salgo al salón….¡había estado allí! y lo sé porque su aroma es inconfundible…es un
aroma a vida, a violetas, a papayas, a melón dulce…pero…amigos lectores….¡se
había dejado el saco!....al oírme se asusto y salió corriendo sin llevarse su
saco. Yo me apresure a abrirlo y mirar en su interior, esperando encontrar
cualquier cosa….me puse mis gafas y me quede estupefacta de lo que allí dentro
había.
Había un arcoíris con dieciocho colores…unas gotas de
lluvia, un trocito de pan, un yogur caducado, unas botas llenas de barro del
prado del amor, un catalejo donde te asomabas y veías un mar lleno de peces,
algas verdes y azules, un barco lleno de miguitas de amor….También había en ese
saco un carrete de hilo de luz, para coser heridas, una cajita llena de buenos
consejos, ¡un tinte para el pelo!, un beso de buenos días y otro de buenas
noches, una caricia con una etiqueta que ponía…”por si la necesitas”….¡Había
tantas cosas en ese saco!...También había una sonrisa para todas las ocasiones
y un saquito de lagrimas, un frasco de aire fresco, un “no te desanimes”, un
plato lleno de lechuga, un artilugio feísimo
con una rosa y encima una foto…y unas botas rosas….y una tarjetita que decía “no
te vayas”….y un paraguas amarillo, una mariposa “apolo”, un carrito del mercadona, una mirada sincera, un pantalón con brillos….Y
cuando lo hube sacado todo….en el fondo, en lo más profundo del fondo del saco….había
una niña pequeñita, con unos ojos grandes, un pelo moreno…¡preciosa!, y al
verme, alargo su mano y me dijo….”Coni, de aquí puedes coger lo que tu
necesites, porque este es el saco de la tía del saco”.
Yo no salía de mi asombro….la tía del saco, en vez de
llevarse a los niños metidos en su saco,
¡llevaba miles de cosas bonitas para repartir a los demás!…..pero….¿de dónde
saca todas esas cosas?.....¿será que no es de aquí?....o…¡a lo mejor es un
alita de un ángel!....o una estrella del cielo…o una marciana….o una sirenita….o
simplemente ¡una caracola del mar!.
¡¡¡GRACIAS!!!
Preciosooooooooooooooooooooo!!!!!!!! que bonito,,, me encantisimaaaa. Ainsss que bien tiene q sentirse una caracola sabiendo que le dicen todas esas cositas bonitas. Muakss guapa te kiero una jartaaaaaa!!!
ResponderEliminarTren
gracias coni por este relato tan tierno siempre he visto al hombre del saco como algo maligno ahora comenzaré a verlo como tú lo reflejas.Muchas gracias,besitosss de valle.
ResponderEliminarhola Coni gracias por desmitificar al hombre del saco, es mas bonito como tu lo describes..yo me inclino por la caracola de mar, son tan agradecidas que siempre que se lo pides te dan esa brisa fresca marina que tanto necesitamos,
ResponderEliminarPORRI
jajajaja, solo alguien como tú podría llenar ASI un saco tan feo como el de la tía del saco. Solo tú haces de las cosas feas, cosas bonitas y agradables, y de las tristes alegres, y de lo imposible lo posible.
ResponderEliminarEres una persona increíble y te doy las gracias por resistir, y por aguantarme, que no es poco.
Te quiero muchísimo coni del saco...
Caracola.
Que tierno... Me ha encantado como has llenado ese saco de cosas tan fantásticas! Gracias por regalarnos esa visión tan mágica y bonita de las cosas. Un besito "vecina" ^^
ResponderEliminarBruxazul.
porfi, meteme en tu saco, atalo fuerte, y llevame tan lejos como puedas.Se que ahi estare bien. gracias
ResponderEliminarQue bonito. Me ha encantado. De algo repelente y que sólo leerlo da miedo, has hecho un sueño ( porque es como si lo hubieras soñado) donde al final aparece lo que ibas buscando. ¡Cuánto y cuánto quieres a tu caracola!. Un besito!.
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