Coni en la ciudad

¡¡¡Ay señor!!!, yo que me pensaba que ya lo había visto todo y que me había vuelto una mujer de mundo….¡pues no!...Resulta que ayer, me mandan en mi curro a hacer papeleos por la gran ciudad…esa ciudad, que aun no me hago con ella, ¡con tanta rotonda! ¡la gente corriendo a los sitios! … y eso que no es muy grande….pues no hay manera de pillarle el truco, aunque ya he avanzado mucho…”Coni, tienes que ir a este sitio a bastantear”…y yo que nunca he oído esa palabreja que me pensaba que era de broma, ¡pues no!, era real…para que no se me olvidase, pues cantaba para mis adentro la canción….”bastanteando voy, bastanteando vengo vengo, por el camiiiiino no me entretengoooooo”….aparco y subo a esa planta que me habían dicho….”que vengo a bastantear”…mirando fijamente a la señorita que me estaba atendiendo, no vaya a ser una broma lo de “bastantear”…pero no, no era una broma. La señorita, me manda al banco a pagar unas tasas….me voy al banco y al entrar, había un chico y otra señora esperando para entrar porque había una puerta corredera pequeñita que daba a una cabinita en la que había otra puerta detrás. Se abre la puerta y entra el señor y yo intento entrar y dejar sitio a la señora y le digo “¡entre señora que se cierra!”, pero veo que la señora me coge del brazo y me aparta de la puerta y veo que el chico me mira perplejo y se ríe….y me quedo mirando al techo buscando la cámara oculta….y cuando entra el chico, me dice la señora….esto es un detector de metales y hay que entrar uno a uno….¡ay señor! Que ridículo tan grande hice…..Cuando me toca, entro y me dice una voz…no se qué de metal, que serian las llaves y eso no se abría, ni una puerta ni otra y la señora de fuera venga a reírse y venga a reírse…hasta que se abrió y pude entrar al p….banco.

Vuelvo con mis tasas a la planta esa y hago todo y me voy. Por el camino, oigo detrás de mí un perro al galope y con el miedo que me dan los perros, miro y veo que es de dos chicos que iban hablando tranquilamente por la calle, pero el perro iba suelto, se me acercaba y se alejaba y así una y otra vez, a mi el corazón se me salía por la boca. Cruzo la calle y me espero mirando escaparates a ver si se retiran un poco….que iban bien tranquilos y el perro, calle arriba, calle abajo….que parecía un caballo de grande….se alejan un poco y me siento en un banco a tomar un poco de aliento…y cuando más tranquila estaba, aparece el perraco….y me subo al banco de un salto….y veo que aparece el dueño y lo llama, pero el perro ya iba a por mí…¡ayyyy que susto!.

Por la tarde ya, a la salida del curro, cuando es viernes por la tarde y todos se van de fin de semana y tu no, porque no sabes dónde, ni tienes un céntimo….me llama mijica y me dice….”mami, arreglaros cacoli y tú que nos vamos a un sitio”…y nos llevó a una especie de teatrillo que hacían unos amigos suyos, en un bajo precioso…como una especie de circo y sin ánimo de lucro ninguno….Fue mágico, porque eran unas personas que lo hacen por hobby y ves la ilusión en sus caras….la niña trapecista, con movimientos torpes, poniendo todas sus fuerzas en ello, el chico “payaso”, pero con unos monólogos muy graciosos, y los gimnastas haciendo piruetas en el aire…..con esas sonrisas, dándotelo todo y sobre todo, poniendo todo su amor en cada movimiento…..Ayer fue un día muy emotivo….¡gracias Ana Cat, Mery y Cacoli, por hacer mi vida diferente!.