Cierto día, íbamos mi cacoli y yo caminando por la calle…y
le digo a mi hermana cacoli….”cacoli, va a caer la del pulpo” porque estaba el
cielo más negro que los cojones de un grillo. Mi cacoli, como ella es así, que
no se le oscurece nada, me dice….”Coni, no te preocupes, que llevamos los
paraguas”…¡ya ves! Miro en mi bolso y no había ningún paraguas pero ella, que
es muy precavida, llevaba el suyo.
Pues nos vamos hasta el final de una avenida caminando y al
volver, se pone a llover, pero a llover como nunca habíamos visto…¡unas gotonas
que parecían cubos de agua!...era tal el estruendo que no nos oíamos ni lo que decíamos….y
mi cacoli se saca el paraguas de esos del todo a 100 (que ahora es todo a
100.000), lo abre, me mira y se ríe….y yo le digo….”pero cacoli, ¿Dónde vas con
esa birria de paraguas? Y ella ríe que ríe….bueno, pues me meto debajo y …ayyyyyy
¡!!como llovía!!! Si eso parecía el diluvio universal, oiga.
Como no nos oíamos del estruendo, me pongo a gritar, pero
fuerte, fuerte y diciendo…”cacoliiiii que nos ahogamooooos” y mi cacoli risa
que risa, que se partía el culo…y claro, yo de ver la gracia que le hacía, pues
mas gritaba….”caloliiiii que nos vamos a ahogaaaaaar” y mi cacoli, mas risa todavía.
Tanto se reía que casi no podía caminar. Estaba cayendo tal tromba de agua, que
no le daba tiempo a meterse por los “meteaguas” esos de cuando llueve. Íbamos empapadas,
pero de tal manera, que claro, ese paraguas no nos tapaba nada y llevábamos las
cabezas por detrás mojadísimas, tanto, que el pelo nos pesaba de tal manera,
que nos levantaba las cabezas hacia arriba. ¡ Ay Dios mío¡¡¡….y yo sin parar de
gritar, claro si nadie podía oírme con el ruido tan exagerado…”señor
gondoleroooo, venga a por nosotras”…y mi cacoli ya no podía ni caminar de la
risa y de lo que le pesaba la cabeza y el abrigo y de oírme gritar así de esa manera.
Cuando nos dimos cuenta, íbamos cogidas del brazo, con las
cabezas hacia arriba y muertas de risa…..y caminado como si llevásemos patines…es
decir, arrastrando los pies para no caer al suelo.
Vaya aventura, lo que daría yo por cuatro o cinco raticos
como ese.
Eso sí, los paraguas esos no valen un cantar gallego!!!
jaaaaaaaaajajajajajajaja Es que te imagino gritando y a la Cacoli descojonándose y me parto!!!! Como si os viera!!!! jajajajajaaja Pobreticas, que chaparrón os cayó encima!! xDDD
ResponderEliminarPD: Este año te regalo un paraguas para tu nocumpleaños :D
no te imaginas lo que nos reimos, parecia una posesa gritando ay ay ay jejeje un muakis goldo goldo
ResponderEliminartiti lo mejor son los nombres con los que bautizas a tus hermanos!!! de donde los sacas?
ResponderEliminarAyayayayay que me parto y es que cuando llueve con ganas no vale nada ...solo salir corriendo y refugiarse ...Mery la Cacoli es la fans nùmero uno de Coni y yo la nùmero 2, un besazo
ResponderEliminarPORRI
Ay, Coni, que momentos tan cómicos y tan mágicos. Me he tenido que reír. El paraguas, aquí es uno normal...porque en nuestra ciudad apenas le damos uso. Yo, cuando voy a la ciudad, nunca llevo. Si el tiempo se pone feo, entro a un chino y estreno uno . Me ha gustado como lo has relatado y no sé si más, la risa de tu Cacoli. Así da gusto ir acompañada, aunque sea mojandote. Un besito!.
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