Cuando yo estudiaba en el instituto, tenía un profesor un tanto peculiar. ¡¡¡era perfecto!!!, tanto que, todas estábamos loquitas por el (suele pasar a esa edad).
Cierto día teníamos un examen y como el profesor era super mega bueno, pues a veces le gastábamos bromas pesadas, como ponernos todas detrás de la puerta cerrada y empujar para que no entrase y de repente quitarnos y el pobre entrar rápido dando traspiés….claro que se enfadaba y mucho, pero nos perdonaba. O ponerle mandarinas peladas en el cajón porque era alérgico (que malas)…sigo. Cierto día, se coló un perro en los pasillos del instituto, con la mala suerte del pobre perro, de pararse delante de nuestra clase…..¡ahá!, cogemos al perro, lo llevamos hacia la mesa y lo sentamos. Le apoyamos las patitas en la mesa, que se resbalaba como un condenado y le dejamos ahí. El profesor entra y se queda mirando al perro muy serio…y nos dice…”vaya sustituto que os habéis buscado”….”que os dé él la clase, que hoy iba destinada a dudas para el examen de mañana” y el profe se largó, dejándonos en la más absoluta desesperación….¡madre mía! Y no volvía….¿y ahora qué?....(no voy a decir de que era la asignatura, para no descubrir al profe, pero si alguien de mi clase lee esto, sabrá de quien hablo)…pues sacamos al perro, el pobre con las orejas caídas…y nos vamos a buscar al profesor…cuando lo encontramos no hubo manera de convencerle para que volviese a clase….y claro, no nos podía llevar al jefe de estudios, porque él era el jefe de estudios….pues llega el día del examen y nos dice….¡¡¡examen!!!, le encantaba decirlo asi, con autoridad. Y nosotras nerviosas con el folio y el “boli” preparados….¡¡¡examen!!!...”hoy será personal y oral, le iré preguntando a cada una” ….”fulana de tal…¿Qué es la nada? Y la chica decía….”pues la nada….” ¡¡¡suspensa!!!, a ver…”fulana de tal, ¿Qué es la nada?” y la otra chica….”pues la nada es algo”….¡¡¡suspensa!!!....¡pues estamos bien!….y cuando me toca a mí y me pregunta….”coni ailan, ¿Qué es la nada?”….yo me quedo callada, calladísima, mirándole a ver qué coño le iba a decir….y me dice el tío….¡¡¡aprobada!!!! y salta de repente gritando….¡¡¡no se puede hablar de la nada!!!!, la nada es nada….joder, ¡¡¡qué suerte tuve!!!...
A los dos o tres días, vimos al perro en el recreo, pero salió corriendo el pobre, solo queríamos darle un poco de bocadillo del almuerzo…..
Coni, me ha encantado. Que buenos recuerdos nos quedaron de cuando estudiábamos. Me acuerdo de todos los profesores y en particular de dos. Cuando terminaba la clase de literatura, varios alumnos bajábamos las escaleras antes que ella. Claro, tenía que llevar falda. Es que ese tipo de mujeres es muy raro verlas. No pasaba desapercibida. El otro era de matemáticas y estaba chiflao. A algunos los aprobaba por acumulación de ceros. Un besito, Coni!.
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