Es una fobia que yo no sabía que existía hasta hace bien poco… ¡pero la sufro y de qué manera!. Creo recordar que en otro post os conté que un día mi madre había hecho magdalenas. Por la tarde, me llama para merendar y me sienta en la mesa a su lado porque yo era muy pequeña. Me pone delante un vaso de leche con cacao y una magdalena de las que ella había hecho, (que ricas mami)… “se me ha tostado un poco de mas”, recuerdo que me dijiste… bebo un poco de leche y empiezo a pegarle bocados a la magdalena… y cuando iba por la mitad, que yo empezaba a comerla por la parte de arriba, la miro, y ahí estaban… esos agujeros oscuros hasta el papel, todos juntos, mirándome. Tire la magdalena y empecé a gritar. Mi madre no sabía porque gritaba, hasta que me zarandeo y pare de gritar y le dije… “es que los agujeros de la magdalena me estaban mirando, todos juntos”… ella no salía de su asombro, se pensaba que había perdido el norte. A los dos o tres años, en el colegio nos mandaron
Si te identificas con alguna de estas historias, es porque todos estamos conectados.