Hace un tiempo, bastante tiempo, fui con mi hermana Ana a un museo de arte contemporáneo… que ya la conocéis, que es mas graciosa que las pesetas mi Ana. Entramos las dos ahí como si entendiésemos algo, nos ponemos nuestras gafas de ver de cerca y nos ponemos a mirar la primera sala, donde no había nada, solo un palo apoyado en la pared, pero vimos a la chica de seguridad ahí toda asegurándose… y pensamos… “pues el palo este de la fregona es una obra, vamos a mirarla como si no hubiese un mañana”, que mi hermana me decía, “pobre chica, lo contenta que se pondría cuando le dijesen que iba a custodiar una obra de arte y cuando viese el palitroque este, ¿qué pensaría la mujer?... y las dos venga a reírnos y la mujer nos miraba de reojo… y yo le decía a mi hermana… “y nos estará vigilando para que no nos lo llevemos o no lo toquemos”… y otra vez a reírnos, procurando siempre que no nos oyese la pobre chica. Nos vamos a otra sala y en esta sí que no había nada, pero había g
Si te identificas con alguna de estas historias, es porque todos estamos conectados.