Los hombres ya se sabe como son….un verdadero encanto. Tengo un amigo que hace algún tiempo, me dijo…”Coni, ¿Por qué no me invitas a tu casa y me haces un conejo al ajillo?”...(no seáis mal pensados)…a él le encantaba como hacía yo el conejo al ajillo. Y yo le conteste….”vale, pero te voy a enseñar, que es muy fácil, y así no dependerás de mi cada vez que te apetezca”….y a él le pareció muy buena idea. Llega el “finde” y mi amigo viene a casa…..le pongo su delantal…..llenamos de aceite la sartén, en su medida justa, esperamos que caliente el aceite…y echamos el conejo…..En ese momento, llamaron por teléfono al fijo…y tuve que salir de la cocina, dejándolo a él con tal menester. Yo estaba hablando con una amiga, pero desde la cocina, me llegaban unos gritos desgarradores…..y se oían explosiones pequeñitas….¡plaf!, seguido de un aaaaayyyyyyy, y otro ¡plaf!, seguido de otro…..aaaauuuuuyyyyyyyyyoooooooo…..Total, que le digo a mi amiga que voy a colgar, que tengo un alumno
Si te identificas con alguna de estas historias, es porque todos estamos conectados.