Vengo de la calle y entro en el portal… me encuentro a una niña sentada en los primeros escalones del portón. Me quedo mirándola y veo tristeza en su carita… le pregunto qué le pasa… y me contesta que se ha perdido y no sabe volver a casa. Me siento a su lado en la escalera y le hago el tercer grado de preguntas, entre ellas que donde vive. Me dice que no lo sabe, que iba caminando y ha visto el portal abierto y se ha metido ahí a ver si encuentra a su mamá. Le pregunto que quien es su mama y me mira muy triste y me dice que murió hace unos meses y entonces le pregunto por qué la busca… me mira muy seria y me contesta que ella sabe que está cerca y que no la va a dejar sola. Esa niña lleva dos trencitas a los lados de la cabeza y lleva una faldita blanca y unos zapatos blancos, limpiados con kanfort, jejejeje, ¿aun se usa eso?, me pregunto yo. La niña no para de mirarme y de repente me dice… “¿jugamos a sé sé sé?”… yo con cara de asombro le digo que vale y acto seguido
Si te identificas con alguna de estas historias, es porque todos estamos conectados.