¡¡¡Ay Dios mío de mi vida!!! me he puesto a dieta… y todo se convierte en una obsesión. Bueno, dieta a mi manera… comer acelgas hervidas… lechuga… acelgas hervidas… mas lechuga… una latita de atún… acelgas hervidas. Y me obsesiono, sobre todo las dos primeras semanas, me obsesiono, no lo puedo remediar. Sueño con pastelitos de chocolate, frutos secos, arroz a la cubana… sueño con todo tipo de comida de tal manera, que cuando me levanto y me peso, pues pasa lo que pasa, que peso el doble de todo lo que me he comido soñando. Vas a un bar y solo te puedes pedir agua… “un botellín de agua por favor”… y piensas… “y una fanta y una tapa de ensaladilla rusa y una tostada con tomate, aceite y sal, y unos boquerones en vinagre”… viene el camarero y te pone el agua delante y dices… “¿yo he pedido esto?”… ¡claro que lo has pedido!. Te lo bebes y te vas a casa y te haces las acelgas a las doce del mediodía, con una puntita de pan integral. Pones cara de haba y te recuestas en el sofá
Si te identificas con alguna de estas historias, es porque todos estamos conectados.