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Mostrando entradas de enero, 2013

Teresa

Teresa es tímida, es un trocito de queso de Burgos…sensible….El icono de la amistad. La carita de Teresa es roja como una amapola, si a su alrededor ocurre algo que no estaba en el “orden del día”. No habla por no molestar…tan calladita que sus cuerdas vocales son vírgenes. Sus dientes son grandes y bonitos y sus ojos son dos lucecitas reluciendo en su carita de habichuela. Teresa es tan buena, que a veces la confunden con una barra de pan….”deme dos teresas y un cuarto de jamón”….yo la quiero un montón. Cuando me compré mi pisito, me fui con mijica a vivir allí, las dos solitas….alegres y contentas….Recuerdo que trabajaba con Teresa…ella en recepción y caja y yo en administración. Lo que temía Teresa, era hablar por el micrófono para llamar a alguien al teléfono….se ponía encogida, minúscula, enana “perdia”…..”jamia, que el micrófono no muerde”, le decía yo una y otra vez, pero ella era incapaz. A mí me daba miedo la noche, el estar sola con mijica en un piso

Tu vestido de novia

Hace poco te vi…y te pregunte que como era tu vestido de novia….y tú me contestaste lo que se contesta en estas ocasiones, que es sorpresa…y que con mi imaginación, lo podría ver….y así lo hice……me puse a imaginarlo. El vestido es muy bonito, tanto que encoge el corazón. El cuerpo del vestido está adornado con lagrimillas de momentos felices…brillantes, casi cegadores….Debajo del pecho, a la altura del corazón, hay unas piedrecitas transparentes de Isla de Pascua….esa isla en la que te dejaste la mejor acción de tu vida. En la espalda, rodeando la cremallera, hay filigranas de recuerdos de niña. En la parte de los hombros, hay dos perlitas, una en cada hombro, cosidas con hilo de amor-mami y botones de amor-papi, esos hilos y esos botones, solo son dignos de un diseñador como el de tu vestido. El ramo esta hecho con flores-sentimiento, como los que habitan en tu corazón...unidas para siempre por un lazo irrompible. La falda del vestido es larga, hasta los pies, como

Fechoria

Como os contaba….de pequeños, jugábamos a unas cosas muy raras…..Un día, a los seis años, mi amiga y yo andábamos aburridas y mi madre nos decía que nos diésemos con una piedra en la espinilla, nosotras nos dábamos pero eso dolía y no nos divertía ni nos quitaba el aburrimiento. Mi amiga me dice que vayamos a su casa a por quesitos y allá que fuimos. Su madre, nos dio un quesito a cada una y un trocito de pan y como no quedaban mas quesitos, nos dio una parte de la cajita redonda a cada una….y dice mi amiga…”¿esto para que lo queremos mami?”….”estamos aburridas y con esto no podemos jugar porque no sirve para nada”…y dice su madre…”pues iros con las cajitas a pedir limosna”….claro, eso lo dijo de broma, pero nosotras que éramos así de obedientes, pues nos miramos, nos terminamos los quesitos y nos vamos….y una vez en la escalera de su casa…le digo a mi amiga….”pues si tu madre nos ha dicho que vayamos a pedir limosna, tendremos que hacerle caso, porque a las madres hay qu

Marea de recuerdos

Esta mañana, desayunando con mi compañero, nos hemos puesto a hablar de cuando éramos “peques” y a contar cosas….y me ha dicho que yo debí ser un buen “trasto”….y la verdad es que si que lo fui. Recuerdo un día, no tendría más de seis años, que mi madre siempre me decía que no me metiese en los jardines, que pisaba las flores…pero bastaba que me dijese eso para yo pensar…”si me dice que no me meta, me tengo que meter, total, no se va a enterar”…y un día me metí como de costumbre diaria, pero a buscar hierbajos y cositas para jugar a las casicas, es que antes jugábamos a cosas muy raras….las casicas, que consistía en buscar cosas rotas y ponerlas en un rincón de la calle y simular habitaciones….a mí me gustaba buscar cristales rotos, que antes había muchos y hacer un hoyo en la tierra, entonces ponía una flor en el fondo del hoyo y ponía el cristal encima y lo bordeaba de tierra…y esos eran mis secretos. Aquel día que entre al jardín, vi a lo lejos una maderita muy bon